Las Sierras de Salamanca, y la zona de Quilamas particularmente, están perfectamente identificadas con un dominio fisiográfico y paisajístico que se ha terminado convirtiendo en la imagen del territorio, que combina relieves más o menos ondulados, y ríos de montaña de aguas cristalinas, vegas y sotos que proporcionan contrastes y disparidad paisajística de gran valor y belleza.

Por tanto, a pesar de tratarse de un territorio relativamente pequeño, posee cierta variedad de altitudes, sub-climas, orografía, suelos, hidrografía y vegetación, así como diversidad de paisajes. La combinación de todos estos caracteres, junto con la actividad humana, ha formado los ecosistemas que albergan una rica biodiversidad, tanto en hábitats como en fauna y flora, en los que destacan montes poblados con grandes masas boscosas y valles.

Todo ello ha hecho que se convierta gran parte del territorio de las Sierras, incluido Quilamas por supuesto, como Reserva de la Biosfera desde 2006.